Bienvenidos los 30
- Luciana Ratto
- 5 ago 2017
- 4 Min. de lectura
Hace 30 años que pase por un túnel de luz para llegar a este planeta. Hoy con algunos cambios físicos (el cuerpo un poco más rígido, algunas arrugas, grandes ojeras) y MUCHOS cambios a nivel emocional. Cierro los ojos y me situó en donde estaba hace un año, hace 10 y hace 15 y me pregunto qué cambio? Hacia dónde avance? O será que retrocedí? Que aprendí?
Ayer por la noche trataba de recordar cada uno de mis cumpleaños, empecé por el primero y claramente no lo recordé, el primero que recuerdo es cuando cumplí 4 años pensé. Luego decidí comenzar a recordar de atrás para adelante y también me quede trabada en los veintitantos.. Será que tengo mala memoria? O que la amnesia del embarazo sigue en pie? Entonces comencé a recordar como flashes de mis diversos cumpleaños, que esperaba, que pensaba y sobretodo como me sentía? Una vez más me cuestionaba para que venía a este mundo? Cuál es mi misión? Que debo trascender?
De pronto vino a mi cabeza imágenes cuando era niña y tenía alguna preocupación o estrés recuerdo que podía entretener a mi mente y sacarla de ahí. Era maravilloso la facilidad que tenia para reconocer mis pensamientos, podía detectar cuando una preocupación se veía venir, en ese momento solo llevaba mi mente a otro lado y este pensamiento se desvanecía. Lo interesante es que era consciente de ello, era un juego para mi probablemente tendría 7 o 8 años, ahora que lo veo desde afuera pienso que sabia era. Que gran capacidad tenia. Con el pasar de los años esta capacidad la perdí, me deje llevar por situaciones de estrés, preocupación, ansiedad, miedo y supongo que perdí esa capacidad de controlar mi mente y deje que ella me controle a mí.
Hace algunos años cuando empecé a practicar yoga rigurosamente y a meditar todos los días, en mi búsqueda espiritual fui a 1534 terapeutas holísticas y me hice desde reiki hasta regresiones, buscando hallar mi misión de vida y anoche mientras pensaba en todo esto recordé que una vez una señora me dijo que yo había venido a este mundo no a enseñar yoga ni meditación sino a enseñar como tomar el control de la mente y no dejar que ninguna situación de estrés me destruya emocionalmente. Según ella yo había recibido ese conocimiento en una vida anterior y en esta debía develarlo… aún tengo mis dudas al respecto. No tengo una fórmula para hacerlo pero anoche recordé que yo de niña sin saberlo lo hacía siempre pero aun no recuerdo que paso que esto se perdió y yo me perdí. Sin embargo se que eso no fue casualidad, yo me perdí para darle valor a lo que sabía hacer y para tomar consciencia de la fuerza interior que tengo.
Este último año, ha sido una revolución en mí, no sé si es porque ha sido mi primer año de madre o porque mi carta astral dice que a los 32 años habrá un gran cambio en mí y esta es la preparación pero lo que sé es que realmente este año cambio mi percepción ante muchos sucesos y personas de mi vida. Aprendí que todo lo que me rodea - personas, circunstancias, eventos- tienen que ver conmigo, tiene un para que, que la casualidad no existe, que todo lo que me sucede tiene un origen y son mis pensamientos. Entendí que el otro no existe, que es un espejo de mí misma, lo que más me disgusta en él, es lo que más me molesta de mí.
Aprendí que lo malo y lo bueno son dos caras de la misma moneda, que ambas se manifiestan para poder llegar a un equilibrio, entendí que las situaciones y enfermedades se repiten una y otra vez en nuestra vida así como en el árbol familiar hasta que alguien las “trasciende”. Para trascender algo es importante vivirlo pero con otra emoción.
Este año entendí que las personas no cambian que la situación difícilmente pero el verdadero cambio se da en uno mismo, ese cambio afecta el entorno y quizá de esta manera yo piense que el otro cambio pero lo que verdaderamente cambio fue mi manera de verlo.
Este año comprendí que venimos a este mundo con unos programas de nuestro transgeneracional (árbol familiar) que SE REPITEN UNA Y OTRA VEZ, hasta que le damos una nueva solución. Nada está dicho, podemos reescribir nuestra historia, podemos volver atrás a ese momento de miedo, de tristeza, de ira, en el que no encontrabas salida y revivirlo pero con otra emoción, libre de culpa desde otra perspectiva con plena aceptación y comprensión. Sin esperar que cambie el otro, pues obviamente cuando tu cambies tu forma de verlo, afectará a todo lo que le rodea (personas y situaciones).
Entendí que todo está relacionado y que las experiencias se atraen mediante la resonancia.
Llego a los 30 en un estado de paz interior en el que sencillamente fluyo, consciente de que todo tiene un sentido, un para que y que lo que sucede aquí y ahora- sea según mi percepción tildado como bueno o malo- es para aprender algo.
Puedo decir que a mis 30 años soy más libre que nunca y digo eso porque me he liberado de creencias e ideas que venía repitiendo desde varias generaciones atrás, ha sido duro, largo y doloroso y aún queda mucho por aprender, trascender y soltar.
Hoy doy gracias al universo por todo lo que tengo, por todo lo que soy, por todo o que siento, veo, escucho, percibo, intuyo y sobre todo por haberme dirigido a esta toma de conciencia.
Namaste!

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